viernes, 23 de marzo de 2007




La soledad y el silencio abruman
pero los nervios son por el encuentro.
Quedaron en verse a las 15. frente
al viejo reloj de la avenida. El no sabe como va
a vestir, fue muy rápida la charla, solo sabe
por las cartas que su cabello es castaño largo,
piel blanca, no son muchos datos pero
convengamos que tampoco es un punto de
encuentro común, así que se jugaran a la suerte.
Son las 14.57. Con la mirada fija en cada mujer
que atraviesa la calle inspecciona quien
podría ser ella... que tan solo con palabras
le ha deslumbrado tanto. Todo parece
un episodio repetido.
Suena extraño que en estas épocas alguien
llegue a tener un romance; aunque quizás esa
palabra es demasiado fuerte; con alguien que no
ha visto, que solo conoce mediante cartas, y
apenas recuerda su voz del único y ultimo
llamado para concretar la cita.
El tiempo pasa lento, entonces reflexiona en
el porque ella buscaría algo así?! No se aplica
a la descripción de su personalidad! Ni siquiera
lo necesita!! Nuevamente observa el reloj que
ahora marca las 15.03. Sus pensamientos
vuelven a desordenarse. "Debe estar cerca..."
A los pocos segundos lo sorprende un estruendo
seguido de dos vehículos que luego de colisionar
casi junto a él, provocan caos en derredor.
Las sirenas de las ambulancias resuenan, yacen
dos cuerpos junto a la acera.
Y entre tanta conmoción la ve, sabe que es ella,
unos minutos mas tarde de lo planeado.
Se saludan como si no fuera la primera vez;
y tomados de la mano se marchan hacia la
eternidad; perdiéndose en la multitud que
observa el accidente; y ala mujer y al hombre
tirados en la calle.

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